23 Julio. Chamonix – Chamonix (0.1 Km)

Chamonix es una localidad situada en el noreste francés, lindando con Suiza e Italia, a una altitud de unos 1000 m., encajonada en un valle y rodeada de montañas, la mayoría de ellas con alturas superiores a los 3000 m. y elevándose sobre todas ellas el macizo del Mont Blanc con casi 5000 m.
Intentar explicar cómo es, corresponde a alguien dotado de bastante capacidad para la narrativa, (lo que no es mi caso) por lo que lo obviaré y dejaré que sean las imágenes las que hablen por sí solas.

En vista de la belleza del lugar, decidimos quedarnos un día más para intentar conocerlo un poco más a fondo. Por lo tanto, hoy NO serán protagonistas las motos.
Lo primero que corresponde es la búsqueda de hotel, (solo teníamos reserva para una noche) por eso lo de 0.1 Km ya que es la distancia entre un hotel y otro. Una vez solucionado el problema y dado que nos habían hablado de la belleza de un lugar llamado Montenvers y del Mer de Glace, decidimos conocerlo.
La subida se realiza en un tren de cremallera que nos lleva a una altura de 2000 m. y el viaje es un encanto dado los paisajes que se van dominando a medida que se va subiendo.


Una vez arriba, la primera opción es visitar una pequeña muestra de piedras semipreciosas que se han encontrado en el lugar, fundamentalmente cuarzo de un color violeta oscuro, fruto del hierro y manganeso de su composición. Alguna llega a pesar 160 kgs.
Después nos decidimos a bajar al Mer de Glace (o sea al glaciar) donde cada año horadan una serie de cuevas, que pueden ser visitadas y que como consecuencia del continuo movimiento del glaciar, estas tienen que ser renovadas cada verano (como se ve en los 4 agujeros de una de las imágenes). La bajada al glaciar y la subida del mismo hasta donde te deja el tren también es una pequeña aventura.



Entre unas cosas y otras, se nos ha pasado la mañana. Es hora de volver y ver si “la cuisine n´est pas fermè” y podemos comer.
Por la tarde, “el personal” se dedica a descansar. Por una parte, porque a algunos le duele la cabeza como consecuencia de la diferencia de nivel que se ha tenido que salvar por la mañana, de otra, porque nos ha caído una “manta” de agua que ha hecho imposible salir con las motos, para conocer los alrededores. Pero como “no hay mal que por bien no venga”, mañana estaremos más frescos para continuar nuestro viaje.

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