Cuando nos levantamos y observamos que el tiempo esta medio nuboso, empezamos a debatir si subíamos al JungFrau o no, porque si pillas un día nublado no merece la pena puesto que no se ve nada. El problema es que en este caso tenemos intervalos nubosos y no podemos predecir si merecerá la pena o no, así que después de pensárnoslo un poco, decidimos que ya que estábamos allí había que subir.
La subida se hace con dos trenes. El primero sube hasta una pequeña estación a unos 1800 m. (fotos anteriores), y el segundo sube los 1600 metros restantes hasta los 3500 m. Este segundo tren realiza los últimos 1000 metros de ascenso bajo tierra, realizando dos paradas de 5 minutos para poder observar las vistas a través de ventanales, pero en nuestro caso estaba todo nublado y no pudimos divisar nada.
Después de casi dos horas de subida, llegamos al final del trayecto JungFrauJoch (mirador del JungFrau), donde nos encontramos con -5º C y unas vistas impresionantes.
Después de disfrutar del paisaje pero al mismo tiempo pasar mucho frío, nos dirigimos a la cueva de hielo.
Ya en la bajada, nos quedamos en una de las estaciones intermedias para buscar un sitio agradable donde comer, y como podéis ver, pocas veces se puede una comer un buen bocata con estas vistas.
Una vez que comimos y regresamos a Grindelwald, decidimos dar un paseo con la moto por la orilla de una de los lagos de Interlagos, hasta la ciudad de Thun, que por cierto, resultó ser muy bonita y acogedora.
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