Una vez que tenemos el tanque de la moto y nuestro estómago llenos, continuamos la marcha. A partir de ahora todo el paisaje es muy bonito con vistas impresionantes. Lo primero a resaltar es el cirque de Navacelles con una caída de “narices”.
Luego, subiendo al coll du minier, me paro en el arcén porque veo una pequeña cascada donde podemos refrescarnos, pero cuál es nuestra sorpresa cuando descubrimos un lugar mágico con dos pequeñas cascadas consecutivas que pasa desapercibido para la mayoría de la gente que pasa por allí.
Finalmente llegamos a nuestro destino, Meyrueis, un pueblito precioso entre dos montañas con un riachuelo que lo cruza.
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